El ulular de las sirenas de las motocicletas y las dos ambulancias que venían desde Aguaytía hacia con destino al Hospital Amazónico de Yarinacocha, rompieron el silencio de una ciudad que se disponía a descansar.
El ulular de las sirenas de las motocicletas y las dos ambulancias que venían desde Aguaytía hacia con destino al Hospital Amazónico de Yarinacocha, rompieron el silencio de una ciudad que se disponía a descansar.